¿Es el café una bebida adecuada para el corredor de montaña?

Según dice la leyenda, un pastor vio cómo sus cabras sufrían efectos revitalizantes tras consumir las semillas de un arbusto. Ese arbusto, siglos después, es uno de los cultivos más importantes del mundo, el café, una bebida que diariamente consumen millones de personas en todo el mundo. Siendo una bebida tan consumida por personas corrientes, la siguiente pregunta se basa en su idoneidad como bebida para un deportista en general, y un corredor de montaña en particular.

 

Cuando hablamos de café, la sustancia que nos viene directamente a la cabeza es la cafeína, que es su principio activo más famoso, sobre todo por sus efectos revitalizantes, los mismos que aquel pastor de Etiopía observó en sus mandas de cabras, pero el café también tiene otras sustancias que debemos tener en cuenta. Pero comencemos por la cafeína.

 

Científicamente hablando, la cafeína es un psicoactivo alcaloide del grupo de las xantinas, sólido cristalino, blanco y de sabor amargo, que actúa como una droga psicoactiva, levemente disociativa y estimulante por su acción antagonista no selectiva de los receptores de adenosina. En términos más populares, podríamos definir la cafeína como un estimulante del sistema nervioso central que produce un efecto temporal de restauración del nivel de alerta y eliminación de la somnolencia.

 

Según varios estudios científicos, la toma de café antes de un entrenamiento o una competición puede tener grandes beneficios para un deportista; el principal es un aumento del rendimiento en la actividad deportiva por sus propiedades estimulantes. Eso sí, la clave es saber cuándo tomarse esa taza de café, y lo recomendable es hacerlo una hora antes de comenzar el ejercicio.

 

Pero hay más beneficios asociados de la toma de café para deportistas; uno de ellos es que se trata de una bebida rica en antioxidantes, lo que nos ayudará también a eliminar esos radicales libres que se amontonan en nuestro organismo tras una sesión de entrenamiento o una competición.

 

Uno de los “músculos” más importantes para el corredor de montaña es el corazón; pues bien, la toma moderada de café también nos puede aportar en ese sentido, toda vez que según la publicación Circulation, la toma –también moderada- de café diariamente reduce el peligro de sufrir alguna enfermedad relacionada con nuestro corazón.

 

Pero no es el único órgano que vamos a proteger cuando tomemos café, ya que esta bebida nos ayudará también con el hígado; una o dos tazas diarias de café te ayudarán a recuperar funciones hepáticas, de ahí que también sea adecuado para aquellas personas que consumen bebidas alcohólicas.

 

El que tampoco se libra de las bondades del café es nuestro cerebro, ya que existen estudios que ponen de relieve como los antioxidantes del café pueden ayudar a mitigar la pérdida de memoria e incluso se ha probado con pacientes de alzheimer. Otra de las enfermedades que ayudaremos a tener a raya si consumimos café es la Diabetes tipo B, según el European Journal of Nutrition.

 

Pero también podremos ver que el café tiene efectos positivos en el proceso de recuperación tras un esfuerzo físico; en un estudio realizado con ciclistas, se demostró cómo los que tomaban cafeína después del ejercicio reconstruían sus reservas de glucógeno un 66% más que aquellos que tomaron sólo carbohidratos.

 

Hasta aquí hemos visto algunos de los beneficios que nos podemos encontrar con la toma de café, pero, ¿y los posibles perjuicios? Lo primero para beneficiarnos del café es no tomar demasiado, por lo que no se debe pasar de entre 3 y 6 miligramos de cafeína por kilogramo de peso corporal.

 

Por ello, la recomendación es no consumir nunca, aproximadamente, más de cuatro tazas normales de café. Si no nos pasamos, estaremos evitando la mayoría de efectos nocivos que el café y su ingesta masiva pueden tener en nuestro organismo.

 

Su efecto diurético es uno de los que más preocupan a los deportistas, sobre todo por el riesgo que pudiera existir para acelerar el proceso de deshidratación. Según un estudio británico, la toma de café en dosis recomendadas no produce una mayor pérdida de líquidos corporales, por lo que el riesgo de deshidratación es prácticamente inexistente, sobre todo si tenemos en cuenta que el agua es una parte importante de una taza de café.

 

Según los autores del estudio, “los datos arrojados por esta investigación nos muestran que el café, consumido con moderación por consumidores habituales de esta bebida, no sólo no produce deshidratación, sino que ayuda al requerimiento diario de agua que tiene el cuerpo, sin tener un efecto en el equilibrio de fluidos corporales”.

 

Tras tener todos estos datos en cuenta, la respuesta al titular de este artículo es un claro y rotundo SÍ, pero siempre y cuando respetemos los márgenes máximos de consumo diario de café.

 

FUENTE: Revista digital DESNIVEL.COM

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Edgardo Ariel MOINE

  Preparador Físico

 

edgardomoine@yahoo.com.ar

Publicación de: Fundación Proteger

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